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FUE A DENUNCIAR UNA FIESTA CLANDESTINA Y TERMINÓ PRESO Y MALHERIDO

Policiales 01/10/2020 Por Renacer Regional
Un vecino de Cañada de Gómez de 34 años, denunció ahora a los policías por amenazas, apremios ilegales y privación ilegítima de la libertad.
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Un hombre de Cañada de Gómez denunció que fue a la comisaría a quejarse por una fiesta clandestina y terminó detenido, golpeado y con la nariz rota. Los hechos ocurrieron la noche del domingo 20 de septiembre y el lunes 21 pero trascendieron hoy de la mano de la Asociación de Derechos Humanos Cañada de Gómez, organización que acompañó a la víctima a formalizar la acusación judicial contra los uniformados que lo habrían agredido esa noche y contra el jefe de policía del departamento Iriondo, Francisco Fernández, por amenazas, apremios ilegales y privación ilegítima de la libertad.


Según contó el denunciante, Fabio Mora, de 34 años, a las 3 del domingo, y después de haber intentado comunicarse con la comisaría por teléfono, fue personalmente a pedir auxilio policial porque a su casa llegaban los ruidos de una fiesta clandestina organizada en el barrio. “En la comisaría salió a atender un hombre sin elementos de seguridad por la pandemia. Me quejé por esa situación y porque nadie atendió mis llamados telefónicos”, contó Mora y detalló que luego llegaron más policías y se produjo un entredicho.
“Luego salí con el auto para llevar a mi pareja hasta mi casa, que queda a la vuelta de la comisaría, y el policía que me atendió se puso al frente. Le pedí que se corriera y cuando arranqué simuló que le pisé el pie con el auto. Ahí le dije que no mintiera porque estaba grabando todo con mi celular”, contó el vecino.

Una vez en su casa le pidió el teléfono a su pareja porque el suyo no le proveía internet y volvió hasta la comisaría con el fin de lograr su objetivo inicial: denunciar la fiesta clandestina. “Al llegar a la comisaría comencé a grabar todo para que quede registrado. Salió un policía, me preguntó qué pasaba y sin mediar otro diálogo me tomó del cuello, me tiró al piso violentamente, lo que me lastimó las rodillas y los codos y me quitó los celulares”, dijo Mora.

Según consta en la denuncia realizada posteriormente por Mora, luego lo esposaron y comenzaron a golpearlo salvajemente. “Me dieron golpes en la cara, costillas, piernas, brazos y en la cabeza. Quedaron marcas, raspaduras, hematomas y sangrado que luego constataron los médicos. Estaba desesperado, grité pidiendo auxilio pero el que me golpeaba me decía; ‘callate porque te mato’”, relató.

Después contó que el policía lo trabó con su rodilla en la nuca contra el piso. Allí recordó el caso de la muerte de George Floyd en Minneapolis, Estados Unidos, y entró en pánico. “Me dejaba sin aire y le pedía por favor que me suelte. Sentí que me estaba matando”, contó Mora y agregó que “para que dejara de pegarme le dije que estaba mi padre escondido filmando lo que ocurría”.

“Salieron a corroborar si había alguien filmando y al regresar me llevaron a un calabozo y comenzaron a golpearme nuevamente. Esta vez hasta me pegaron patadas en la cara, me quebraron el tabique nasal y me dejaron inconsciente”, contó el hombre y dijo que “al despertar vi a mi pareja que me pedía, por orden de los policías, que borrara el video del celular. Ahí intervino otro policía que dijo que no se preocuparan porque ya había retirado la tarjeta de memoria del teléfono”.

“Después me sacaron del calabozo, me ficharon y me pidieron que rellenara las fichas y ahí me di cuenta que tenía un pulgar morado y fuera de lugar. Me devolvieron los teléfonos con los vidrios astillados y me liberaron a las 9”, relató Mora. Durante la tarde fue al hospital donde lo atendieron y le extendieron una constancia de las heridas que tenía.

Al día siguiente el hombre se levantó decidido a denunciar al policía que lo había agredido. Quien, según Mora, le había ocasionado las lesiones. “A las 8 fui a la Fiscalía y al ingresar me atendió una mujer uniformada y me indicó que en un momento me atendería la secretaria del fiscal. Me escucharon pero me dijeron que tenía que ir a la Jefatura a hacer la denuncia”, relató el hombre.

Según explicó Mora en la denuncia posterior, lo recibió el jefe de policía y otros tres hombres y una mujer. “Cuando les dije que quería denunciar a mi agresor el jefe me dijo ‘encima que casi atropellás a un compañero de la fuerza, le hiciste pasar una mala noche y ahora lo querés denunciar’. Entonces ordenó que me dejen detenido por faltarle el respeto”, relató.

Después de unas horas, y siempre ajustado a su relato, Mora fue liberado pero al retirarse se cruzó con el jefe policial quien le advirtió “que sea la última vez que te veo por acá. La próxima no sabemos qué hacemos. Y ojo con lo que hablás y decís”.

Mora, concluyó su relato contando que ahora siente temor de circular por la ciudad. “Incluso siento que me vigilan. A distintas horas pasan patrulleros por mi casa. Ahora vivo atemorizado”, dijo. Finalmente asentó una denuncia sobre todo lo ocurrido en sede judicial a donde concurrió asistido por testigos, un abogado e integrantes de organizaciones de derechos humanos.

“Fue una tortura. Nos molesta esto que se dio ahora en Cañada de Gómez pero en realidad ocurre a nivel país”, dijo Rubén Moreno, dirigente de la agrupación de derechos humanos cañadense. Añadió que “no puede ser que la policía que trabaja en democracia actúe como en dictadura” y aclaró que no les permitían asentar la denuncia en la Fiscalía y los enviaban nuevamente a denunciar a la policía “amparados en los inconvenientes que genera el Covid-19”. Moreno contó además que comunicó lo ocurrido al senador, Hugo Rasetto, e imploró al poder político que ponga el ojo sobre el accionar policial en tiempos de pandemia.

Fuente / LA CAPITAL

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