Por Marcelo Jara...

Luego de una edición virtual y una no concretada La Falda volvió a la presencialidad con el marco de publico esperado, que normalmente agota las localidades previas al comienzo del festival.

Con la presencia acostumbrada de Silvio Soldan en la conducción, y el aporte esta vez de Carmen Barbieri, rigurosamente a las 20:00hs dio comienzo.

El ballet La Juntada abrió la noche esperada. Se fueron sucediendo Rodolfo Tulian, con asistencia perfecta en todas las ediciones, la histriónica Ana Fontan y uno de los hijos del festival, el nicoleño Leandro Ponte.

Párrafo aparte para la orquesta municipal de tango surgida en La Falda en 2017, propuesta por su actual director Mauricio Martínez con la novedad de la presencia solo instrumental de Lissette en bandoneon, y que se llevo una de las mayores ovaciones de la noche, tanto en La Cumparsita como en Adiós Nonino, aun cuando estaban siendo ejecutadas.

Llegaría luego el embajador del Festival,con su cuarteto que mantiene hace 23 años, como siempre muy prolijo Esteban Morgado, alguna vez también jurado del festival.

El segmento final encontraria la muy buena propuesta y el muy buen aporte social y artístico de María José Demare, sumado al maradoniano Cucuza Castiello, aquel que jugo con el hermano en el bichito colorado y canto con el Diego.

El plato fuerte de la noche, lo mas esperado, estaría dado por la presencia, necesaria, del negro Raul Lavie, que como siempre se fue despedido con el publico de pie y la ovación merecida. La noche corrió el telón con ese encuentro mágico que se  produjo previo a la pandemia entre el histórico José Colangelo y el gran músico, armoniquista rosarino, Franco Luciani, que grabo solo un disco y gano el Gardel con Tango improvisado, muy bien acompañados por los músicos Leo Andersen, Pablo Motta y Bruno Resino. 

Las actividades en La Falda Tango, edición 38 se viene desarrollando desde hace varios días, incluso con la inauguración de la nueva sala de prensa que homenajea a Tito Pousa, uno de los fundadores del festival, padre de nuestro colega Nestor Pousa.

Puntapié inicial para el festival, que cumplió con creces y augura una segunda noche, que ya tiene entradas agotadas, con mucho brillo y el condimento del encuentro entre “la tana” Rinaldi y el padre de sus hijos, Osvaldo Piro, mas el Sexteto Mayor y la muy buena propuesta siempre de Tango Loco, agregado a Marcelo Santos entre otros.